lunes, 18 de noviembre de 2013

El juego de Ender de Orson Scott Card o cómo a veces es mejor ver la película primero

Cómo cualquier avispado ha podido notar, está muy de moda la Ciencia Ficción en el cine. Pero no la Ciencia Ficción tipo Metrópolis, de ciudades llenas de humo y polvo donde siempre está lloviendo, sino una Ciencia Ficción llamada hi tech, donde el paisaje aséptico es la nota dominante.
 
Ahora vemos ciudades de color blanco, con muebles de estilo minimalista y líneas curvas, donde se ha dado la completa deshumanización del ser humano pero la tecnología ha llegado a su límite creativo.
 
También es el momento de rescatar viejas glorias pasadas, best sellers despreciados en el pasado por pertenecer a un género considerado para adolescentes. Éste es el caso de "El Juego de Ender". Se trata de un best seller de los años 80 que ha sido reconvertido en blockbuster.
 
Como no, fui a ver la película el día después del estreno, en eso mi pareja es inflexible y adora la Ciencia Ficción, por lo que tuve que cometer el gran pecado con el que todo puritano clama al cielo....me leí el libro después.
 
La historia es muy sencilla, estamos en un mundo que recuerda a la Guerra Fría del siglo pasado, pero donde se han producido muchos avances tecnológicos y el mundo anda controlado. Además de la guerra de bloques se han producido dos invasiones alienígenas, los insectores que han tratado de dominar la tierra y van a volver. Por ello se ha decidido entrenar a niños en una llamada Escuela de Combate para la guerra que va a venir, buscando el perfecto hegemón que derrote por fin a toda vida externa.
 
En ese momento entra en juego Ender, la última esperanza de la Tierra. Que acumula en sí la cantidad justa de ambición, venganza, compasión y solidaridad para ser el único capaz de llevar a cabo la misión.
 
Si bien esta es la línea general de la obra, el tema que se trata es la deshumanización del ser humano. Cómo llegados a un punto somos capaces de justificar cualquier acción si se considera motivo de casus belli y, sobre todo, lo que supone la pérdida de la infancia en una sociedad belicista.
 
En definitiva es un libro muy influenciado por los coletazos de la Guerra Fría y la creación de numerosas bombas que de ser liberadas acabarían con la humanidad. Heredera de un mundo que justifica la hostilidad y la vida en un permanente estado de preguerra. Un mundo que hemos vivido hasta hace muy poco, y en algunos casos aún vivimos.
 
Pues aunque lo haya hecho al revés, ver la película y luego el libro, reconozco que me ha gustado más así. Todo el libro sucede en la escuela de Combate donde Ender se está entrenando, y eso se hace un poco pesado. La sucesión de pruebas, batallas y juegos no termina y el lector espera ansioso la llegada de la guerra contra los insectores. Eso no me ha pasado a mí, pues ya sabía a qué punto iba a llegar el libro y me ha permitido disfrutar del desarrollo del personaje, de las dudas sobre su humanidad y de la evolución de su mentalidad belicista.
 
El libro se hace pesado a muchos, que no a mí, y  el final es impactante, (por supuesto no lo cuento). Una lectura muy recomendable, incluso para aquellos que no son muy amantes de la Ciencia Ficción. Cómo es sabido tuvo un momento de auge que vio nacer muchas buenas obras que merecen ser leídas al menos una vez en la vida.

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