lunes, 30 de diciembre de 2013

La prórroga de Gibrat

Tras otra  visita provechosa a la biblioteca de Rivas he vuelto con nuevos ejemplares de cómic. En este caso una edición en dos tomos de un cómic francés.
 
Cuenta la historia de un joven francés de un pueblo periférico que es reclamado para ir a luchar a la guerra contra Alemania en el año 1943. En el tren decide saltar y volver a su pueblo. Tiene la suerte de que el tren es bombardeado y sus documentos son encontrados, por lo que se le da por muerto.
 
El cómic narra un año de su vida escondido en la buhardilla de la casa del profesor, judío y por lo tanto arrestado a inicios de la guerra. La casa da a la plaza del pueblo, por lo que se convierte en un espectador privilegiado de la guerra y de las actitudes de sus vecinos, sin el agobio de sentirse buscado.
 
La historia esta muy bien pero el dibujo es espectacular. El dibujante y guionista usa una especie de acuarela para dibujar a los personajes, que tienen un rostro muy personalizado. Es francamente bonito.
 
Es un cómic en el que no aparece ni un solo uniforme alemán, no se habla de las prisas de la huida ni del angustia del escondite. El protagonista es muy cínico, con un gran sentido del humor y que se aburre muchísimo encerrado durante un año.  Es muy original en su planteamiento, pues habla de cómo un pequeño pueblo francés vive una guerra aislado de todo, con penurias alimenticias y rivalidades por ambos bandos pero muy aislado de las bombas y los tejemanejes de la guerra.
 
Lo recomiendo para los no aficionados al cómic y para los que si les gusta, como mi padre, que ya se ha leído el primer tomo. Cuando no tienes mucho tiempo para leer hay cómics con historias excelentes y que no requieren mucho tiempo.

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