viernes, 5 de diciembre de 2014

Muchachas de Katherine Pancol

Me declaro fan de la llamada trilogía animal. Con esos títulos un tanto anecdóticos pero con una historia muy interesente por desvelar me leí los tres títulos casi a la vez.

Hace unas semanas cayó en mis manos la nueva trilogía, muchachas y ya he terminado el primer volumen (y busco con ansiedad el segundo) y he de decir que creo que esta saga me gusta más.

La historia gira en torno a las mujeres maltratadas, a la humillación que dura años y acaba por anular a una persona. Los  protagonistas viven en un pueblo pequeño de Francia, uno de esos pueblos que no llegan a ciudad porque todos se conocen, los roles se han establecido y lo bueno y lo malo de cada uno puede salir a reducir.

Ray es el bombero del pueblo, un héroe que ha salido en las noticias en muchas ocasiones por haber salvado niños, que ha recibido medallas y es admirado por todos. Guapo y exitoso hasta en su madurez. Pero lo que todo el mundo sabe pero nadie cuenta es que Ray maltrata a su mujer Leonie desde el noviazgo, no la deja salir de casa y la tiene completamente anulada. Su hija Stella hace años que salió de casa y nunca volvió, pero vive desde entonces con el miedo metido en el cuerpo, pues su padre tiene contactos para vengarse, y está dispuesto a hacerlo.

El miedo que dura años, los secretos de todos los habitantes del pueblo, los trapicheos y las verdades a medias son el mundo que se nos cuenta en esta fascinante novela.

Me enganchó desde el primer momento, y si bien hay un pequeño espacio para los personajes pasados son los nuevos los que fascinan al lector. La tensión está presente desde el primer momento y el lector trata constantemente de averiguar las medias verdades que se insinúan desde el principio.

El personaje de Stella, aunque atemorizado y con un pasado traumático, no duda en ser ella la que intente que las cosas cambien y trata de sacar a su madre del infierno en el que vive. 

También hay espacio para el mundo clasista de la zona rural, los que fueron ricos y ya no lo son pero acumulan los rencores de su abuso de poder, las viejas rencillas y las amistades de siempre. En definitiva, te quedas con ganas de más.

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