miércoles, 5 de agosto de 2015

La forja de un rebelde 3: La llama de Arturo Barea

Ultimo libro de la saga, la madurez de Arturo. Su llegada de Marruecos a una España republicana, donde las desigualdades no se resuelven en las urnas y en los pueblos empiezan a nacer los odios viscerales.

Arturo se casa con una mujer a la que no ama, Aurelia, y tiene varios hijos con ella. Al mismo tiempo, como casi  todos los españoles de clase media, sostiene a una querida María y, para huir de ambas, alquila una casa en un pueblo de la sierra de Madrid.

El primer escenario del libro, el pueblo, lugar de disputa entre los propietarios de tierras y los campesinos. Las primeras protestas acompañadas de la proclamación de la República han provocado que los señoritos se nieguen a dar trabajo a los revolucionarios. El campo muere sin cultivar y los campesinos sin trabajo mueren de hambre.

En Madrid Arturo trabaja en un negocio de patentes, donde los empresarios frenan con todo el poder de la burocracia los grandes inventos que podrían acabar con su negocio. Las huelgas, el descontento y la tensión de los sucesivos gobiernos desembocan en una Guerra Civil.

Es la Guerra Civil donde Arturo casi se vuelve loco. Trabajando en el servicio de censura en el edificio de la Telefónica convive entre bombas y periodistas y conoce a la que será la mujer de su vida, Ilsa. Es el mundo de la desunión, del contraespionaje en el seno del bando republicano y de los problemas que llevan a la pérdida de una guerra, pero no de unos ideales.

Temas como la no intervención, los bombardeos indiscriminados, el exilio y la frustración llenan el último libro de la saga.

Reconozco que aunque toda la saga me ha impresionado quizá sea la obra que menos me ha gustado. Quizá porque sea la que más ha de desagradar al lector. El tema principal es la guerra, la desesperación y la búsqueda del individuo tratando de no volverse loco en una locura generalizada. Madrid llora en el seno de una guerra, pasa hambre y llora a sus muertos mientras que el gobierno se traslada a Valencia a vivir mejor.

Uno de los aspectos más tristes es la descomposición del bando nacional por las rivalidades políticas entre sus miembros, y es que la izquierda nunca estuvo de acuerdo, ni siquiera ante el en enemigo que asediaba sus puertas.

Si algo plantea este libro es la idea de la derrota en un guerra, derrota por la desigualdad en organización, existencias y sobre todo, apoyo de otras potencias, pero el triunfo de unas ideas. Los exiliados, los reprimidos y en definitiva, todos los perdedores, tomaron conciencia de una identidad que ni 50 años de dictadura logró borrar. Esa es la esencia del libro. Arturo se forja como un rebelde por las circunstancias que le tocan vivir, y ni la guerra ni el exilio le hacen olvidar su pasado.

Por ello, en los años 50 decidió escribir esta saga y contar al mundo cómo el veía a la España a la que se había visto obligado a abandonar.

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