lunes, 26 de septiembre de 2016

Baila, baila, baila de Haruki Murakami

Murakami es de esos autores que ansio leer, pero no encuentro las fuerzas. Su descripción de la sociedad y de los valores japoneses es digno de un estudio de antropología, su minuciosidad, su onirismo y en defintiva, su manera de escribir hacen que disfrute del libro per se. No obstante, la longitud de cada una de sus obras hace que me de pereza empezar.

Baila Baila Baila nos narra la historia de un escritor de artículo a sueldo, un "quita nieves" cultural que se toma un descanso en su insulsa vida para perseguir un sueño que le atormenta. Ha de volver al Hotel Delfín, en Sapporo donde tuvo un romance con una misteriosa mujer, Kiki. Desolado en sus 34 años tras un divorcio que no comprende, su vuelta al hotel busca encontrar sentido a una vida que se escapa de las manos.

En este hotel no encuentra a la tal Kiki, pero si a una belleza de trece años, Yuki, hija de un escritor fracasado y de una madre rebosante de talento pero poco preocupada por su hija. Ambos trazan amistad y viven unos meses donde el mundo real e imaginario se confunden.

No quiero hacer mucho spoiler, porque Murakami merece ser leído. Solo diré que la historia me atrapó  por su irracionalidad desde el inicio. Una irracionalidad presente en la mente del propio protagonista. De una manera simple, nos metemos en la intimidad de un mundo que no comprendemos, y que no nos preocupamos por entender.

El fallo que he encontrado a esta historia, es que a unos días de haber terminado el libro ya no recuerdo su final, por poco impactante, por ser un poco banal y no casar con el resto de la historia. Si bien he disfrutado de todo el libro, el clímax me ha parecido poco a la altura.

Los fanes de Murakami se encuentran con algo parecido a 1Q84, una historia de misterio e irracionalidad, enmarcada en un ambiente de cultura tradicional japonesa. 

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